Ya como lo he mencionado varias veces en diferentes lugares, St. Augustine es una de esas ciudades que no me canso en visitarla. Cada vez que visito esta ciudad me sorprendo con su magia. El encanto histórico de St. Augustine está presente en cada rincón: calles empedradas, edificios coloniales y esa atmósfera que te transporta a otro tiempo. Así que aquí te dejo el recorrido que normalmente hago cuando visito. Ya sea llevando a familia y/o amigos que nunca han visitado o un día diferente desde Orlando (nuestra casa). Claro, si vienes desde lejos, te recomiendo quedarte por lo menos una noche para aprovechar el encanto histórico de St. Augustine bajo la luz de la luna. ¡Es muy diferente!
Normalmente me estaciono cerca del St. Augustine and St. Johns County Visitor Information Center. Es muy práctico y queda justo a las puertas del casco histórico. Desde ahí, caminar es la mejor manera de conocer la ciudad. No dudes en entrar al Visitor Information Center ya que cuenta con un pequeño museo, baños y hasta puedes comprar algún recuerdito.

A solo unos pasos vas a encontrarte con las Old City Gates, que son como la entrada oficial al corazón de St. Augustine. Cruzarlas siempre me emociona, porque justo después se abre la famosa St. George Street, llena de tienditas, restaurantes y museos. Esta calle es peatonal, así que se disfruta con calma, sin preocuparse por carros. Aunque hay calles que la cruzan así que atención en esos cruces.
En el camino es imposible no detenerse en alguno de los museos. Pendiente con la Casa Escuela de madera más antigua que también es un museo, pero puedes escuchar a la maestra llamando a los alumnos. Otro museo interesante y popular es St. Augustine Pirate & Treasure Museum. Aunque ya caminar por la St. George Street es todo un museo.

La comida también es parte de la experiencia. Hay varias opciones. Desde pizzas, sandwiches, hamburguesas, pescados y hasta pastelerías. Uno que probé en mi último paseo fue en Prohibition Kitchen y estaba excelente, a parte que el lugar esta genial. El tema del restaurante es basado en los años 20 cuando estaba prohibido la venta de alcohol y crearon bares escondidos.

Y para los más dulceros, dos paradas imperdibles: The Original Likit con sus helados artesanales y Whetstone Chocolates, una tienda local que también ofrece tours donde aprendes sobre el proceso del chocolate. Y tal como menciono antes, si te quedas la noche, no dudes en pasear de restaurante en restaurante porque la gran mayoría tienen música en vivo.
También por las noches, una atracción bien popular, es tomar un tour para buscar fantasmas. Si, si, de esos hay varios. Una vez lo hicimos, y aunque no sentimos ningún espíritu por ahí, el guía estuvo genial contándonos historias y hechos históricos del área. Por ejemplo, aprendimos la famosa frase ‘salvado por la campana’ viene de la época colonial cuando hubo un virus que al parecer detenía el corazón por un momento y las personas pensaban que estaban muertos. Al tiempo se dieron cuenta que muchos se despertaban pero no daba chance a sacarlos con vida, así que decidieron que a todos los que ‘morían’ le ataban hilo a la mano y al otro lado una campana por el exterior, y así, al despertar pudieran salvarlos a tiempo.
Siguiendo por St. George, llego a la Plaza de la Constitución, el corazón de la ciudad desde tiempos coloniales. Desde ahí, me gusta hacer un pequeño desvío para visitar el Flagler College, un edificio impresionante que fue hotel en el siglo XIX y hoy es una de las joyas arquitectónicas de St. Augustine. Si te interesa entrar, se pueden tomar visitas guiadas que te cuentan toda su historia.

Justo al frente de Flagler College está el Lightner Museum. Además de su colección de arte y objetos históricos, el edificio en sí mismo es una belleza. No te pierdas el enorme salón central, que alguna vez fue la piscina cubierta más grande del mundo.

Y para cerrar el encanto histórico de St. Augustine, en este recorrido, me encanta caminar por la calle Avilés, conocida como la más antigua de los Estados Unidos, con sus galerías de arte y rincones fotogénicos. Ahi se encuentra el Spanish Military Hospital Museum.
Cuando siento que es hora de regresar, lo hago bordeando la Matanzas Bay. Es un paseo precioso que me lleva desde el Bridge of Lions hasta el Castillo de San Marcos, la fortaleza española que ha sido testigo de siglos de historia. De ahí regreso al Visitor Center con la sensación de haber viajado en el tiempo y de haber redescubierto, una vez más, la ciudad más antigua de Estados Unidos. Quizás ya es hora de disfrutar el atardecer y con suerte, ver delfines ahí mismo en la bahía.
De verdad espero que te animes a explorar y conocer St. Augustine. No dudes en visitar también el Faro de St. Augustine (St. Augustine Lighthouse & Maritime Museum) que puedes subir a lo más alto (te recomiendo ir con zapatos cerrados y cómodos) y también cuenta con un museo. No se encuentra en el casco histórico pero es cerca una vez que cruzas el Puente de los Leones.
